Tres palestinos murieron tras un ataque de colonos israelíes en la aldea de Kafr Malik, en Cisjordania. Según autoridades locales, los agresores incendiaron viviendas y vehículos mientras abrían fuego contra los habitantes. Las fuerzas israelíes, presentes en la zona, respondieron al enfrentamiento pero fueron acusadas de dificultar la llegada de ambulancias.
El conflicto, que se suma a otros recientes en la región, vuelve a poner en el foco la violencia creciente por parte de colonos, bajo lo que muchos describen como tolerancia o incluso apoyo del gobierno israelí. Desde octubre de 2023, se han registrado cientos de ataques similares, con un saldo elevado de víctimas y desplazados.
Organismos de derechos humanos han denunciado la expansión de asentamientos israelíes como un motor de tensión constante. La ONU ha documentado un incremento alarmante de agresiones y desalojos en la zona, mientras la comunidad internacional presiona por una respuesta diplomática urgente.
Este nuevo episodio refuerza la percepción de que la violencia se ha institucionalizado en muchas partes de Cisjordania, donde los límites entre colonos, ejército y gobierno parecen cada vez más difusos para la población palestina.
