El régimen de Nicolás Maduro reaccionó con furia a las declaraciones del secretario de Estado de
EE.UU., Marco Rubio, quien durante su visita a Quito aseguró que el gobierno de Donald Trump evalúa
reinstalar una base militar en Ecuador.
Rubio sostuvo que Ecuador es un punto “estratégico” en la región, mientras el país se prepara para un
referendo constitucional que podría abrir las puertas a la presencia de fuerzas extranjeras, prohibida
desde 2008 bajo Rafael Correa.
La respuesta de Caracas no se hizo esperar: el canciller Yván Gil calificó las palabras de Rubio como
una “ofensa al pueblo ecuatoriano y a su Fuerza Armada”, acusando además al presidente ecuatoriano
Daniel Noboa de estar vinculado al narcotráfico con supuesta complicidad de la DEA.
Gil defendió la gestión de Venezuela contra el narcotráfico y denunció como “ironía” que Washington
critique a Caracas mientras despliega operaciones militares cerca de sus aguas en el Caribe.
Las tensiones crecen en Sudamérica con la posibilidad del regreso de bases militares extranjeras.
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